Antes de comenzar a hablar de la astenia primaveral, conviene dejar claro el significado de la palabra astenia.
¿Qué es la astenia?
La astenia es un cuadro sintomático que comprende los siguientes síntomas:
- Falta de energía.
- Somnolencia diurna.
- Fatiga generalizada.
- Irritabilidad.
- Falta de concentración.
- Disminución de la libido.
- Falta de apetito.
Este tipo de síntomas, son atendidos en las consultas de psicología durante todo el año.
¿Existe una Astenia Primaveral?
Con frecuencia se habla mucho de ella.
Esto puede hacernos pensar que estos síntomas aparecen únicamente o principalmente en primavera. Pero ¿qué hay de
cierto en esto?
Son muchos los profesionales de la salud que dudan de la existencia de la astenia primaveral como tal. Si bien existe todo un mercado detrás de esta.
Es frecuente en esta época del año ver anuncios de productos como ginseng, vitaminas y otros compuestos, que supuestamente
nos devolverán esa energía.
Sin embargo son pocos los estudios que respaldan estos
tratamientos. Estaríamos ante lo que se conoce como un efecto placebo.
Otros síndromes sin respaldo científico
Hay épocas del año en las que se suele hablar de este tipo de «enfermedades» que, más bien son productos de los medios de comunicación y de la especulación popular.
Es típico también, por ejemplo, hablar del estrés postvacacional, qué como tal, no ha tenido hasta la fecha ningún
respaldo científico.
También se habla últimamente del «blue Monday» como el día más triste del año. Obviamente, el hecho de que exista un día más triste en el año cuenta aún con menos respaldo. Como curiosidad
sabemos que el blue Monday surgió como resultado de una campaña publicitaria de una agencia de viajes.
¿Hay algo de cierto en este síndrome?
Si bien es cierto que en el caso de la astenia primaveral podemos encontrar alguna lógica para suponer su existencia.
Hay situaciones en primavera que pueden afectarnos. Por ejemplo el cambio de hora, lo que
supone dormir una hora menos y puede hacer que arrastremos ese cansancio durante algunos días.
El aumento de horas de luz, que puede hacer que nuestro reloj biológico tarde un poco en reajustarse.
El aumento de la temperatura también nos puede afectar y puede hacernos sentir más fatigados. Sin embargo no es esperable una fatiga tan intensa como para considerarla relevante a nivel clínico.
Por otro lado, también hay evidencia que precisamente indicaría lo contrario. La primavera puede mejorar nuestro ánimo.
El aumento de las horas de luz suele relacionarse con un aumento de la vitalidad, de la energía y del estado de ánimo.
También cabe apuntar que, trastornos como la depresión, sí se ven afectadas por los cambios de estación. Pero precisamente es en el invierno cuando más incidencia suele tener este problema.
Por lo tanto, estos datos tampoco parecen apoyar la idea de que exista un astenia primaveral como tal.
Sin embargo, hablar con tanta frecuencia de la astenia primaveral puede hacernos estar más atentos a la sintomatología descrita. Esta atención nos hará más conscientes de nuestra somnolencia, de nuestro cansancio, de nuestra falta de energía. Hasta tal punto, que podríamos llegar a convencernos de que estamos padeciendo ese síndrome.
Ese convencimiento también nos hará actuar en consecuencia. De esta manera podríamos explicar la astenia primaveral como un síndrome que, a fuerza de repetirlo, se ha convertido en verdad.
Como conclusión, me gustaría resaltar la importancia de la información veraz, especialmente en temas relacionados con la salud.
No olvides que quién mejor le puede informar de este tipo de
problemas, es el personal sanitario cualificado, ya que la información que circula en los medios e Internet puede estar sesgada por numerosos mitos e interpretaciones erróneas.
Juan José Pérez Martín Psicólogo Sanitario
Psicología Centro (Vélez-Málaga)
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